La publicación del primogénito libro de Rubén, le dio vida al Festival Azul Darío, un evento que el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional a través del Instituto Nicaragüense de Turismo, Intur, ideó hace ocho años para rendirle homenaje al libro Azul, obra del poeta Rubén Darío que fue punto de partida del movimiento literario que vendría a renovar las letras del castellano, el modernismo hispanoamericano.
Con ese propósito, cada año, nicaragüenses y visitantes de otras nacionalidades se dan cita en la ciudad de León, para vivir tres días de poesía, danza, canto y arte en todas sus diferentes expresiones. Este año el 28, 29 y 30 de julio, fueron las fechas donde se llevó a cabo la VIII edición del Festival Azul Darío, una jornada dedicada a los 135 años de publicación de la obra literaria y el aniversario 156 del nacimiento de nuestro genio Rubén Darío.
La codirectora de Intur, Yaosca Calderón, en el acto inaugural del evento, expresó su agradecimiento a todos los involucrados en la realización del Festival Azul Darío, quienes pusieron amor y corazón en el desarrollo de su trabajo.
“Agradecerles a las instituciones del buen Gobierno que siempre trabajan para fomentar la economía local, el turismo, este turismo creativo, cultural, que estamos proyectando en conjunto… no me queda más que agradecerles e invitarles siempre a que recorran esta Nicaragua, fascinante, irresistible”.
La anfitriona, alcaldesa de León, Guissela Lacayo dijo que los leoneses se sienten orgullosos de exaltar el legado, vida y obra del príncipe de las letras castellanas.
“Tres días de derroche, de literatura, cultura, gastronomía, tradición, teatro y todas las especialidades literarias y artísticas que se ponen de manifiesto en este VIII Festival Azul Darío, ocho años consecutivos que lleva esta ciudad heroica, literaria, ciudad donde Darío a sus 40 años de nacido vino para quedarse”, enfatizó.
Azul Darío, más que poesía
Y de repente… El Rey Burgués se paseaba altivo entre el público asistente al festival; saltimbanquis, bufones y ninfas, posaban inertes en un costado de la Plaza Parque Juan José Quezada para ser fotografiados; el gran Caupolicán en tarima desafiaba guerreros y la súplica de “Paz, hermano lobo” se escuchó reiteradas veces en las diferentes interpretaciones del poema.
Transcurrieron tres días sumergidos en el mundo Azul de Rubén, donde los protagonistas fueron los artistas nicaragüenses y sus manos que tallaron esculturas, pintaron lienzos, crearon alfombras de aserrín; sus cuerpos que pusieron en escena diferentes obras, sus pies que interpretaron a través de la danza los versos de nuestro amado poeta.
Nuestro folclor y nuestras músicas también fueron parte de esta edición, y un público de pie ovacionó al Ballet Folclórico Nicaragüense del maestro Ronald Abud Vivas y bailó con los grupos musicales: Costa Azul y Fuzion 4.
Los visitantes que llegaron de diferentes partes de Nicaragua y de otras nacionalidades también pudieron apreciar el mapping en el frontis de la Catedral de León, llevarse un recuerdo en las zonas selfies y vivir la experiencia video 360°.